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Receta para robarle el corazón al Dr. Farel

Capítulo 79
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Capítulo 79

Durante la comida, Evrie apenas probo un bocado, se la pas6 sirviendo bebida a todos sin parar.

Sin importar quién fuera la otra persona, tenia que tratar a los clientes con entusiasmo. Era una oportunidad que Leandro habia conseguido para ella personalmente, y ella tenia que valorarla.

—Bella, es la primera vez que nos vemos, tienes que tomar un trago con nosotros. Bebemos para hacer negocios, esa es la costumbre de nuestra tierra. —

Un hombre tatuado le hablé a Evrie. La mano de Evrie se tens6 al servir la bebida y, sin querer, miré hacia Leandro. —Ella tiene mal el estomago, no puede beber alcohol. Yo beberé por ella. —

Leandro levanto su copa de licor, pero el hombre tatuado lo interrumpi6 antes de que pudiera seguir hablando, su tono se volvid cortante.

—Sr. Reyes, aunque quieras proteger a alguien, también tienes que seguir las reglas, no es asi? Conoces bien c6mo somos nosotros. Hoy, ya es mucho respeto para ti con solo pedir que ella beba. Si fuera como antes, ella tendria que...—

—Ya dije que yo voy a beber por ella, el doble o el triple si es necesario. —

Leandro interrumpi6 al hombre tatuado con voz fria, su mirada se llenaba de descontento. —Esa es la regla, no puedes reemplazarla. —

El otro parecia estar retandolo, sin ningUin signo de querer ceder.

Al ver esto, Evrie rapidamente arrebatd la copa de las manos de Leandro, se puso de pie y brindo a la distancia con el hombre tatuado.

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—Disculpen, recién fui una ignorante. Si esa es la regla, entonces yo deberia ser quien beba. Les brindo una copa a cada uno de los jefes. —

Dicho esto, levanté su copa y lo vacié de un trago, con movimientos decididos y sin dudar.

El hombre tatuado parpadeo y una chispa de admiracién cruzo su mirada tiene agallas.copy right hot pub

Evrie tom6 una botella de aguardiente de alta graduacion, se llené la copa y miré al siguiente hombre, que llevaba una camisa floreada y tenia la cabeza rapada— Brindo por usted. —

Leandro sujetd su brazo —Evi, ese licor es muy fuerte, tu...—

—Maestro, ustedtrajo hoy para que viera como es el mundo, 4no es para que madure rapido? Entiendo las reglas que debo seguir, y haré lo que tenga que hacer para adaptarme. En nuestro negocio, estas son cosas que tarde o temprano pasan, gno es asi?—

Evrie sostuvo su copa y lo miré seriamente. Leandro no sabia qué decir al ver su expresi6n.

Entonces, Evrie continud bebiendo sin detenerse, el alcohol ardia en su garganta y est6mago, una sensacién de quemazon se extendia por todo su abdomen.

Ella aguanto el malestar y siguié sirviéndose bebida.

Una copa, dos copas, tres copas...

Después de cinco copas, habia brindado con todos los hombres del frente, cumpliendo con su regla. —Bien, eso es tener agallas, digna de ser la protegida del Sr. Reyes. —

—Cuidala bien, tiene futuro. —

Las voces ruidosas de los hombres resonaban en sus oidos mientras Evrie se sentaba en su silla, sintiendo su cabeza cada vez mas pesada.

Sentia un calor abrasador en su est6mago, que se extendia a través de sus intestinos, a su abdomen superior, y luego hacia abajo, todo su abdomen palpitaba con un calor sutil.

—Evi, 4estas bien?— Leandro la miré preocupado.

Evrie neg6 con la cabeza, haciendo un gran esfuerzo por mantener la lucidez—No pasa nada. — Antes de que acabara la comida, Leandro ya no queria quedarse mas, se levanto y la ayud6 a salir. —Te llevo a casa ahora mismo. —

Evrie no se olvid6 de mirar hacia atras a los clientes —pero ellos...—

—No te preocupes, ya que te han aceptado, no tendran problemas contigo.

Leandro se volvid, dejo una tarjeta dorada sobre la mesa y sin mirar atras dijo—Yollevo a la chica, ustedes sigan disfrutando, yo invito esta noche. —

Saliendo del salon privado y sentada en el auto, la cabeza de Evrie alin daba vueltas.

Pero lo que mas la molestaba no era el mareo, sino su estémago, que ya comenzaba a doler, como si estuviera a punto de perforarse.

Leandro encendié el motor y aceleré el auto.

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—Si te sientes muy mal, te llevo al hospital. —

—No hace falta, maestro, solo estoy un poco mareada y muy cansada, Iléva casa a descansar y estaré bien. — Evrie se esforzaba por mantenerse consciente, deseando llegar pronto a su hogar.

—Esta bien, hoy trabajaste mucho, no te preocupes, luego te daré un bono extra. —

Al oir la palabra “bono”, los labios de Evrie se curvaron ligeramente.

—Entonces, gracias maestro. —

—No hables mas, cierra los ojos un rato, cuando lleguemos te aviso. —

Leandro suspir6 y siguid acelerando el auto.

Evrie tenia un dolor de estomago terrible y no podia pegar un ojo, pero no queria preocupar a Leandro, asi que aguantaba el dolor y cerraba los ojos, fingiendo estar dormida.

Siempre que comia algo indebido, le dolia el estomago. Aguantarse toda la noche era su forma de lidiar con ello. Esta vez no seria diferente.

El tiempo parecia pasar lentamente, como si durara una eternidad, hasta que finalmente Leandro la desperté en mede un aturdimiento.

—Evi, llegamos. Sal del carro, te acompaa tu casa. —

Evrie, casi sin pensar, se quité el cinturén de seguridad y abridé la puerta del auto. Al extender el pie para salir, se tropezo y casi se cae al suelo.

Por suerte, Leandro la agarré a tiempo, sosteniéndola contra él.